¿Qué pasaría si volviéramos a dudar?
- Romeo Vázquez. Psicólogo y Terapeuta Familiar.
- 7 mar 2017
- 4 Min. de lectura
Durante nuestro trayecto en lo que llamamos la experiencia humana del vivir y convivir, tendemos a buscar una forma de conformarnos como un ente que tiene un nombre a cuya representación se le agregan características, cualidades, deficiencias, relaciones, etcétera, que intentan definir una distinción de lo que somos y al mismo tiempo de aquello que no-somos.
Y aquí es donde se posiciona en mí una reflexión que se pregunta, ¿cómo es que definimos lo que somos y lo que no-somos?
Algunas respuestas brincan a mí mente bajo la biología, la historia, las familias, la crianza y además, resuena en mí que somos personas que nos construimos también en las conversaciones, es decir, la manera en cómo nuestro entorno nos "con-versa", apoya a conformar la historia que contamos e internalizamos sobre nosotrxs, la manera en cómo nos conversamos y nos con-versan influye en nuestra identidad, historia, relaciones e incluso en nuestra biología. Así pues, los discursos de las personas de nuestro alrededor, nos van con-formando y definiendo. Sin embargo, ¿qué pasa cuando nos guiamos en totalidad por estos discursos?, ¿qué pasa cuando estas conversaciones sobre nosotrxs son disonantes con lo que pensamos de nosotrxs mismxs? El sufrimiento se posiciona.
Mí consejo; NO CREAS EN TODO LO QUE TU ALREDEDOR DICE DE TI.
Es decir, cuando tu familia, trabajo, escuela, pareja, amigx, etcétera, converse algo sobre tu comportamiento, productividad, valor, cualidades, defectos, carencias y/o virtudes, DUDA. Cuando alguien diga que eres una persona sin ningún talento, flojx, tontx o sin sueños en la vida, DUDA. Cuando tu vecinx, compañerx, superior, subordinadx, alumnx, docente, te diga que eres lo mejor del mundo, la inteligencia hecha carne, el éxito andando, la salvación... DUDA.
A esto, alguna vez que impartía una conferencia bajo esta temática, una participante compartió la siguiente pregunta;
-¿No sería el dudar, una negación de alguna información que las personas no quieren ver de sí mismas?- A lo que respondí; -NO. El dudar no significa ignorar lo que las demás personas dicen de nuestras vidas, significa el REFLEXIONAR. Porque cuando uno niega alguna de las conversaciones que la vida da sobre sí mismo, no reflexiona sobre ello, el discurso no llega a cuestionarse, se le niega y a su vez, no se le lleva a la reflexión. Esto puede generar, la adopción de una identidad, que relata y retrata sólo una o algunas partes de la persona. Pasa lo mismo, si las personas adoptan sin cuestionar los discursos de su alrededor cómo las únicas definiciones de sí mismxs, NO REFLEXIONAN. La reflexión viene a ser una oportunidad donde las personas se encuentren y construyan nuevas posibilidades de conformarse a sí mismxs, fuera de imposiciones exteriores y más desde un sentido de historias más completas de sí.-
Y es que las narraciones que las demás personas hacen de nosotrxs, no es que sean mentira, pero son incompletas y sólo a través de la reflexión, es que podemos llegar a enriquecer estas historias, y aquí, EL DUDAR NOS APOYA. Esta conferencia de Chimamanda Ngozi Adichie, escritora nigeriana que ha intentado rescatar aquellas historias no contadas de su país y de su cultura, puede apoyarnos a reflexionar sobre el tema;
La vida, las familias, los modelos educativos, económicos, políticos y sociales de nuestra cultura, están cargados de discursos de poder que intentan dictaminar, clasificar, determinar, predecir, encajar y categorizar el comportamiento de la humanidad. Mí sugerencia para tí el día de hoy va encaminado a que DUDES.
Porque la o el estudiante "burro", es también una persona brillante en artes, la persona "inteligente", también ha tenido dificultades, la persona "delincuente", también ha sido violentada, la persona "depresiva", también es reflexiva, la o el adicto, también es una persona con mucha sensibilidad emocional...
¿Cómo comenzar a dudar?
Algunas ideas;
1. Duda de cualquier conversación sobre ti mismx. Sea nutricia o destructiva.
2. Cuando converses sobre una definición de ti mismx, adopta un lenguaje que genere posibilidades y que no sea dictaminante; P. ej; Otra forma de decir "soy una persona reservada y aislada", podrías utilizar "en este momento de mí vida, soy una persona reservada y aislada". Esto sienta lingüísticamente realidades donde temporalmente estás en un estadío, más no en una determinada manera de ser. Además de usar términos diagnósticos y/o científicos sobre tu comportamiento, utiliza descripciones con palabras de la juerga social, p. ej.; Además de decir "soy una persona con depresión", podrías utilizar, "en este momento de mí vida me siento muy triste y reflexivo". Créeme, si hablamos de conversaciones y cómo nos construyen, la manera en cómo podamos ampliar nuestro lenguaje dictaminante hacia uno posiblitador, influye.
3. Acércate a nuevas personas y reflexiona sobre cómo te definen.
4. Busca aquellas conversaciones distintas a las que has estado expuesto la mayor parte de tu vida.
5. Reflexiona.
La experiencia del vivir y convivir parece enmarcar una complejidad constante. Pareciera que así también, nuestra identidad, nuestra manera de ser, responden a una complejidad. Se nos ha olvidado esa magia de dudar, como cuando niñas o niños, donde todo generaba preguntas. ¿Qué pasaría si volviéramos a dudar?.
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